sábado, 16 de agosto de 2014

¿ LOCO DE AMOR ?

Que una persona asesine a su “amor eterno” es incomprensible para la humanidad, y por tal motivo dudé en iniciar esta reflexión hablando del amor o del odio. Dicen que la palabra amor viene del latín y está compuesta por un prefijo “a” (que significa sin) y “mor” (la cual proviene de una contracción de mortis o mortem, que significa muerte) quiere decir entonces, que dicha palabra (a-mor), significaría un relación sin fin, que ni la muerte los podría separar. Entonces aquel sentimiento que tuvimos por aquella persona cuando éramos niños o adolescente o el primer novio o novia, o nuestras relaciones que terminaron en divorcios, nunca fueron amor, simplemente porque no perduraron. Las diferentes culturas han conceptualizado el amor de diferentes modos, en el caso de los romanos adoraban el amor, tanto fue así que hasta establecieron a Venus como la diosa del amor, la belleza y la fertilidad, de allí se desprende que hasta nuestros días en las bodas se regalan frutos secos como símbolos de los testículos y la fertilidad de dicha diosa. Desde la perspectiva griega, el amor se diferencia según el estilo de expresión a las diferentes relaciones que se daban en la sociedad, así que ellos hablaron del amor filium, amor agape y amor eros. Del cual, el “filium” es el que uno siente por la humanidad y el género humano en general. Es un amor atento que une a las personas como parte de una comunidad. Este tipo de amor crea un sentido de lealtad hacia los amigos, la familia y la comunidad. En el filium, aborda la personalidad, el intelecto y las emociones de las personas. El amor agape, se ha utilizado para describir un tipo de amor incondicional y reflexivo, en el que la persona tiene en cuenta sólo el bien del ser amado. Algunos filósofos griegos del tiempo de Platón emplearon el término para designar, por contraposición al amor personal, el amor universal, entendido como amor a la verdad o a la humanidad. El término agape en la sagrada escritura, designa un amor total, abnegado, dador, que ni demanda ni necesita ser correspondido por la otra persona, por el ser amado. Es un amor desinteresado: dar sin esperar. Es incondicional. El agape (compartir), es el amor que cuida y es cuidado, donde se presenta la ternura, el amor compasivo que da, es la entrega amorosa, la sensibilidad, en él se busca que la pareja tenga bienestar físico, psicológico y material. En relación al amor eros, en la mitología griega, Eros era el dios primordial responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado también como un dios de la fertilidad. En el amor erótico, se desarrolla la pasión, es instintivo, conectado con la biología, los impulsos, la sexualidad, la sensualidad, que busca el placer (hedonismo) y el juego; para Platón era el amor físico, el de la atracción sexual y la estética. Partiendo de la categorización del amor de los griegos viene a mi mente una cuestionante: ¿podrá durar una relación afectiva, cuando en la pareja no se vivió la etapa de ser amigo (filia) y luego siendo novios no compartieron ideas, proyectos de vida, una comunicación basada en la verdad (ágape), y que no lo pensaron mucho para darse la pruebita de amor (eros)? A mi parecer aquí está la gran falla, son amantes sin ser amigos y son amigos sin conocerse…a menos que hayan establecido un pseudo contrato afectivo sexual (amigos con derechos, y por qué no amigos con deberes) Cuando observo o escucho las historias de pleitos y reconciliaciones de las parejas, recuerdo las diferentes novelas que son transmitidas por la televisión, donde los protagonistas se conocen en los primeros capítulos, en la cual se aman con locura y a primera vista; luego en los capítulos siguientes, se enteran de algo personal, que puede abarcar múltiples razones para separarse; desde aquí comienza una guerra de celos, encuentros no tan amables y así pasan muchos capítulos, hasta que al final de la novela (que necesitan culminar con el culebrón televisivo por el bajo rating), se solucionan todos sus problemas de manera rápida y mágica para vivir felices como lombrices. Este tipo de amor no dura puesto que, muchos de los novios tienen este tipo de paradigma pero no siempre con finales felices. De la misma manera, si escuchamos las letras de las canciones y de manera especial los vallenatos, donde se enaltecen las infidelidades (cachos), sexo, despecho, traición, venganza, entre otras, así se puede leer este tipo de afirmaciones en sus composiciones; como por ejemplo: hagamos el amor como dos perros sin dueños…, rata inmuda… espectro del infierno…, y tu eres mi princesa y yo soy tu vasallo, tu mi cenicienta del charco de sapo, sigues siendo reina aunque vistas harapos… y peores letras donde se humilla al ser humano y violan la dignidad de la persona como hijo de Dios, alimentando de esta manera lo romanticoide con grandes cantidades de superficialidad y disfraces de esperanzas. Este amor no dura ya que, el amor verdadero está escrito con notas de fe, esperanza y caridad. La estética y el interés no escapan de este tipo de amoríos, cuando se busca a la persona por la cantidad de cuadritos en el estómago, bíceps, tríceps y demás músculos o que tengan grandes tetas y buen trasero, o sea como si fuera cual Diosa Canales o que cumpla con ese estereotipo con tendencia vulgarota sin llegar a ser señaladas como “perritas de barrios” en época de celos… , pero sobre todo que no tengan cerebros, los cuales se conformen con ser mostrados o mostrada a los amigos como si fueran trofeos a la hombría o feminidad según sea el caso, o sacarlas a menearse (perreo) en discotecas de baja calaña y luego darle lo que su madre le recomendó antes de salir: “si vas a dar bollo, trae pollo”, entonces se cumple con el trueque. Para este tipo de relación, es imposible que tenga larga existencia debido a que el amor tiene una arquitectura de caridad medida con centímetros de pudor, pulcritud, responsabilidad, perdón, y confianza en si mismo. Otros especímenes miran más arriba y son buscadores de fortunas, no importa que sea un “pran”, o que se asemejen al jorobado de Notre Dame o a Escarlata (personaje de Radio Rochela), con tal que los saquen del infierno donde viven o trabajen y los lleven a Europa, que vivan en una villa cerrada y anden en buenas maquinas con ropa de marca; como cual fenómeno de María la del Barrio. En muchas ocasiones este tipo de relación es considerada como una especie de prostitución muy elegante y sobria, donde su estrategia psicosexual es: “hasta que no me lo regales no te lo doy…”, el amor en estos ambientes no logra sobrevivir porque le falta el oxígeno de la caridad, la humildad y la dignidad. Por estos indicadores, donde el pansensualismo prevalece, ya no es noticia criminis que nos quite el aliento el que un novio, una esposa, una amante caiga a batazos o le pega varios tiros a su amorcito corazón en un arrebato de celos o de desconfianza, tomando en consideración que el verdadero celo se desarrolla cuando se cuida a la persona porque se quiere y no porque se cree que se puede ir con el primero que pase. O que si ella me pego cacho yo haré lo mismo, pues un clavo saca otro clavo. Cuando miro los ranchos donde viven las familia con su gran cantidad de prole o viven arrimados y veo la situación tan mala y tóxica en la cual viven con una minina calidad de vida, me pregunto será amor poder vivir de esta manera o es egoísmo por no estar solo, prefieren convivir en tan paupérrima situación y de cumplir con la ley de nacer, crecer y reproducirse…sea como sea, en este sentido debemos ser más tajante y de pensar más en tener condiciones de vida que vaya acorde a nuestra dignidad de hijos de Dios, donde la comodidad y seguridad sea nuestro norte. En situaciones como estas donde el hambre, la incomodidad, la inseguridad, el desempleo, la ignorancia prevalecen; es titánico o heroico que la moralidad de sus frutos, a menos que los componentes de la familia sean guiados por una pastoral familiar de cualquier religión y se le coopere como comunidad viva en Cristo. Al leer los libro que ayudan a permanecer unidos a las parejas o cuando he asistidos a reuniones donde se realizan terapias de ayudas a los novios, esposos, familias y no escucho los lineamientos bíblicos donde se demuestra el verdadero amor de Dios a sus hijos, pienso que puede ser una estafa intelectual porque no creo que llegan a la esencia del tema en cuestión, y el ser humano que no se emocione y no le ayude a reflexionar en su estado afectivo al leer que: El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie No es orgulloso No es grosero ni egoísta No se enoja por cualquier cosa No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo. Sólo el amor vive para siempre. (1 Cor.13) Por todo lo anteriormente escrito, se puede decir que vivir con amor verdadero no es tan fácil como lo establecen las novelas, películas, canciones, cuentos, o cuando vemos las fotos de las bodas en las páginas de sociales de los periódicos, sería interesante que también esas páginas mostraran las fotos con sus fechas, donde se firman los divorcios en los juzgados y se asombrarían el tiempo de duración de los famosos matrimonios; que ha durado más confeccionar el vestido de novia que la misma relación, o como dicen por allí dura más el condón que el amor… Asimismo, si alguien quiere emprender el camino al noviazgo o al matrimonio, debe pensarlo mucho, reflexionarlo con tiempo, el amor no es magia, no es sentimentalismo que se expresa por pin, Facebook o instagram, es un proyecto de vida donde la madurez afectiva, sexual, personal y de fe , son las claves del éxito para que dure una relación.

jueves, 14 de agosto de 2014

LA GERENCIA POSEIDA...El Paradigma Ciego Gerencial

En la actualidad, vivimos en una época de mutaciones trascedentes, que según Drucker (2010), son las nuevas realidades; que imperiosamente exigen innovar con mayor rapidez, entendiendo innovación como la inescapable adaptación al medio ambiente para lograr sobrevivir y desarrollarse. Sin embargo, algunas personas y organizaciones están propensas al fracaso puesto que usan paradigmas sobresimplificados e ingenuos acerca de lo humano y acerca de las organizaciones; paradigmas ciegos, en particular, lo que se denomina el lado oscuro o demonio, expresión con la cual se denotan brutales hechos de la realidad, sobre los cuales no se conversa con la profundidad requerida. Existen algunos homo sapiens que con el tiempo, por el tiempo o por su proyecto de vida dejan de preservar los valores, los principios y los ideales, esta realidad hace que todo lo conviertan en patologías, por lo tanto su vida interior, su vida familiar y su vida organizacional son enfermas y grises. Esta rara enfermedad humana y social, puede deberse a la acelerada evolución humana y del progreso descontrolado de la sociedad en contextos más competitivos y exigentes y menos centrado en el amor verdadero. Sería interesante que cada uno de nosotros tuviéramos el interés por evitar, detectar, neutralizar, prevenir y sanar personas de nuestro entorno con ese tipo de patología que desde ahora se denominará: HOMO PSICOPATICUS; el cual es un homo sapiens que se ha desconectado completamente de sí mismo y no tiene por tanto ética alguna, vergüenza, culpa, arrepentimiento ni conciencia, lo cual lo hace muy difícil de distinguir y, por tanto, particularmente peligroso para el devenir de cualquier organización y las personas que la conforman. Se afirma que cuando el ser humano comienza a colocar barreras interpersonales para evitar el genuino contacto humano comienzan a aparecer demonios personales: entes que viven en nosotros, condicionan lo que hacemos y lo que evitamos hacer pero de lo cual no somos conscientes y a cuya conciencia nos resistimos. Partiendo de lo planteado, el hombre, para poder sobrevivir hoy como líder es necesario tener un santuario donde reflexionar cotidianamente sobre la jornada del día previo, recomponer las energías emocionales y recalibrar la brújula moral para no sentirse un impostor o como una serpiente en traje. Ahora bien, existe una verdadera doctrina acerca de los demonios o espíritus malignos, inicialmente aquella porción teológica que trata de la creación y la caída de los ángeles rebeldes y de las diferentes maneras en que estos espíritus caídos tienen permiso para tentar y afligir a los hijos de los hombres, se afirma, que la posesión demoniaca es como se denomina desde el punto de vista religioso a un tipo de trastorno del comportamiento que se atribuye al apoderamiento del espíritu del hombre por otro espíritu, generalmente uno o más demonios, que obra en él como agente interno y unido con él. Desde el punto de vista médico se considera un trastorno disociativo de la histeria, comúnmente se le denomina demoniopatía o demoniomanía. Los estudiosos de este tema consideran algunos indicadores que pudieran considerarse como elementos demoníacos, y según los manuales e instructivos religiosos, como el ritual romano y los manuales para exorcistas, incluyen: memoria o personalidad «borrada», convulsiones, respiración agónica, aversión a lo sagrado, aparición de enfermedades sin causa aparente, acceso a conocimientos sobre sucesos distantes y ocultos (gnosis) y a lenguajes extranjeros (glossolalia) o hablar y entender lenguas desconocidas por el sujeto, muchas de ellas están "muertas" (que han dejado de existir) cambios drásticos en la entonación vocal y en la estructura facial, aparición repentina de lesiones (arañazos, punciones y diferentes marcas), cicatrices "espontáneas" y fuerza desproporcionada, ojos en blanco, aparición de dermografismo (escritura del demonio en la piel de la persona, conducta violenta o desorganizada o inhabitual y convulsiones, entre otras. Para los pensadores católicos, el demonio se puede manifestar sobre un plano puramente psicológico: lo hace a través de la obsesión o de las tentaciones obsesivas, por ciertas visiones inexplicables o/y alucinaciones; si su intervención se complica y toma la forma de desvaríos psicológicos o sobrenaturales, entonces se tratará de una posesión. En este caso, se podría poner en evidencia la presencia del demonio y su imperio sobre el cuerpo del poseído. Se distinguen un estado de calma y un estado de crisis. El estado de crisis se deduce por las contorsiones, las explosiones de rabia, las palabras impías y blasfemas. El poseso entra en trance, perdiendo todo control y lo más a menudo, toda consciencia y memoria sobre lo que le está pasando desaparece. Cabe destacar que, si un ser humano posee una o algunas características ya descritas anteriormente y éste a su vez tiene la bella función de dirigir una organización o un departamento, el clima organizacional pudiera ser referido como un infierno, puesto que el “gerente psicopaticus o poseso” hará todo lo posible por que las personas a su alrededor sientan lo que él siente, que concretizando puede ser: como el individuo no siente la paz, el mantendrá conflictos entre él y sus subordinados, entre las personas y entre los departamentos. Otro elemento es el temor de andar solo, puesto que la soledad lleva al hombre a reflexionar sobre sus actos donde se ha ofendido a sí mismo y a los otros; llegando inclusive a poner en duda el valor de las vacaciones o de cualquier tiempo libre, ésto debido a que por un largo periodo no tendrá contacto con sus subordinados y así no podrá complacerse viendo a los otros consumirse de rabia y desespero. La soberbia es otro indicador, cuando el psicopaticus en el área gerencial toma decisiones por su cargo o puesto sin tomar en consideración que muchas veces ignora temas, procesos o procedimientos llevando a la corporación a errores que anulan tiempo y oportunidad, reduciendo con esto la calidad de servicio que se merece todo individuo o grupos de individuos. Lo preocupante de esto es que muchas personas que están a su alrededor escuchan sus disparatadas elocuencias y se callan para no generar conflictos; lo más triste de esta realidad es que no se enseña al que constantemente yerra. La ira es otra característica que posee el psicopaticus, este tipo de demonio se traduce cuando hay constantemente el apetito desordenado de venganza, que se excita cuando cree que se le está engañando, mintiendo, u ofendiendo real o supuestamente. La persona comienza a mostrar movimientos inmoderados de la pasión, se irrita, cambia su faz, su voz se vuelve más fuerte, grita, lanza improperios, busca público para que observen su poder y su vejación, se sonroja, manotea, señala, y dispara disparates donde el común denominador es: yo soy, yo lo digo, yo lo decido; nadie opina, nadie concluye. De esta manera se vulnera la caridad y la justicia dentro de cualquier organización, cuando se destruye la moderación racional y desborda todo límite de la existencia del prójimo Para este tipo de situación se pueden ofrecer lineamientos espirituales, religiosos y gerenciales, que minimicen o corrijan los efectos en el ámbito de la organización, entre ellos se destaca la oración por el prójimo sea como sea el psicopaticus es y tiene dignidad de hijo de Dios. Sean muy diplomático, trátelo con mucha prudencia; trate de no estar mucho tiempo en su presencia y así solo tendrá la comunicación necesaria. Determine cuales son los días y horas que la persona se sienta con mayor grado de estrés. No lleve la conversación a temas que él desconozca o temas que son o pueden ser difíciles o controversiales. Asimismo, utilice los mecanismos de defensas, no discuta en lo posible con la persona en privado, trate de que haya personas que puedan ser sus testigos; no te coloques ante él como víctima ni a la defensiva, puesto que te está llevando a su plano patológico emocional. Trate que las decisiones no se vean como amenazas o competencia a su intelecto o cargo, no te desgastes en discusiones que reduzcan tu calidad de vida y sobre todo mantén la serenidad y paz, que ni el diablo tiene derecho a perturbarla. Si el ambiente es de una guerra gerencial, ármese de valor y comuníquese con su superior inmediato o cualquier otra organización que defienda los derechos humanos y laborales. Nerio Ramírez Almarza @nerioram

PAX TECUM (LA PAZ CONTIGO)

Desde niño nos indican que debemos portarnos bien, que no le hagamos el mal a nadie, la intención de estas directrices era que viviéramos en paz, y la sociedad ha categorizado la paz en interior, exterior, religiosa, política, octaviana, blanca y hasta nuestros días se presenta una paz laboral. Si se revisaran algunos textos, se podrían conseguir palabras que sirven de sinónimos de paz, como: tranquilidad, sosiego, armonía, calma, reposo, concordia, conciliación, acuerdo, amistad, quietud, unión; todo este conjunto de léxicos ayudan a comprender todo lo que podría encerrar o abarcar el concepto de paz, sin embargo, estos conceptos se quedan cortos al momento de poder dar una definición concreta y exacta de todo lo que conlleva la paz. En hombre en su largo y complicado caminar dentro de la civilización, ha establecido algunos indicadores de cómo es o qué es para el conglomerado la paz, así pues, se tiene que en la cultura Hebrea: se encuentra la palabra Shalom, que significa paz con Dios, ella expresa metas deseadas como: integridad, fidelidad, bienestar material, prosperidad, tiene un significado en el contexto de las relaciones (con Dios y entre el pueblo). En relación a otros pueblos lo expresan como ofrecimiento: “cuando te aproximes a una ciudad para combatir, primero debes ofrecerle paz” (Deuteronomio 20,10), también se expresa como búsqueda de bienestar comunitario: “la paz y la justicia se besan” (Salmo 85,11) Asimismo, en la cultura Griega: existe el léxico Eirene, el cual equivale a la armonía interna, puesto que Eirene (Minerva) era la diosa de la paz, hija de Zeus y Temis. Era el estado de tranquilidad aplicado sólo a los grupos griegos y en el interior de éstos (hogar, pueblo, ciudad-Estado); nunca se refirió a la colaboración o interrelación pacífica entre griegos y extranjeros. Como realidad interior se refiere a armonía mental y anímica (sentimientos tranquilos y apacibles). El término eirene se opone al desorden (akatastasía) y al conflicto violento. De la misma manera, en la cultura romana el término pax, es traducido como orden legal. El concepto pax está vinculado a pactum (pacto). La pax romana constituía todo un sistema de orden y control. Relación legal y recíproca entre dos partes. Dentro del imperio romano significaba la ausencia de conflicto y violencia. Esta pax era asegurada por el aparato militar. El concepto de pax busca mantener el orden para beneficio de una clase. Es control, dominio. Los romanos rodeaban a un pueblo con su ejército y “negociaban” condiciones de sumisión (pax) con dicho pueblo. El pueblo invadido podía mantener un rey pero ellos ponían un contralor-gobernador. Cabe destacar que, en la cultura musulmana: el vocablo “Al-Salam Alykum”, denota la paz sea con ustedes. Salam: estado dinámico que tiende a la plenitud. Convenir, estar de acuerdo, reconciliarse. Ser y estar íntegro, sano, salvo, entero. Ser justo y obrar rectamente, rectificar, reformar. Estar seguro, confiar en alguien. La palabra “islam” significa “pacificación” “Muslime” es el hombre que pacifica, el que busca activamente la paz. El Islam señala que perdonar es superior a la ley del Talión. En la visión indígena de la paz: se encuentra la expresión “allí káusai” la cual, implica la vida armónica (concepto quechua). La misión de todo esfuerzo humano consiste en buscar y crear las condiciones materiales y espirituales para construir y mantener el “buen vivir”. El “alli kausai” se relaciona íntimamente con el conocimiento, los códigos de conducta, la relación con el entorno, los valores humanos, la visión de futuro. Tomando en consideración lo antes expuesto, se puede afirmar que sin duda, la paz presenta una serie de dificultades insoslayables, y en primera instancia requiere una salud espiritual personal, para ser deseada, desarrollada y vivida. Y también requiere unas condiciones externas para ser sostenida, un proyecto moral y social para mantener la esperanza de conseguirla. En el primer nivel, el personal; el anhelo de paz se identifica con el descanso del alma, un estado no de indiferencia ni de impasibilidad, sino de puesta en guardia ante todo ataque contra el amor; es un saber esperar, que remite su eficacia a la conciencia de ser un don precario, pero maravilloso: la comunión. Este término, que trasciende el de compartir, es el preámbulo de la paz. La persona que está en comunión consigo mismo y está en comunión con el otro, experimenta la paz que de esa relación proviene. Este nivel se proyecta inevitablemente sobre el segundo, el social. En efecto, tanto positiva como negativamente, la interdependencia es notoria. Los hombres que viven a la defensiva, que sospechan continuamente de los demás, que no se esfuerzan por la comunión, piensan en categorías de enemistad. Esta enemistad se trasluce directamente en lejanía de la paz; pensar en términos de enemistad supone un peligro mayor que el de los misiles nucleares. Lo cual obliga a replantearse cómo sería posible una educación para la paz. Hacer una crítica de los medios de comunicación, la situación académica, las instituciones públicas, etc., no basta, sino que hace falta una actitud propositiva y comprometida con la educación, expresa, para la paz y la tolerancia. He aquí, entonces, las condiciones mínimas para la práctica disolución de la violencia personal y estructural, en las que se pueda dar un cauce para la dignificación de las personas, el respeto, y la reconciliación: comida, vestido y techo, salud, comunidad, educación. Pero se sospecha que, aunque son condiciones indiscutibles, la paz puede no darse con ellas, o darse sin que ellas se cumplan. Ninguna paz es posible sin el respeto de los derechos humanos y olvidando la dignidad de las personas. Hace tiempo se me preguntó cuáles eran las razones por la cual en una organización donde se difunde los conocimientos se había perdido la paz entre su capital humano, y que en los actuales momentos el clima organizacional era tóxico, de ataques y refriegas, donde la comunicación amable ha desaparecido, el ruido entre ellos es constante, agresividad del gerente al subordinado y miedo de responder a éste por las constantes amenazas y psicoterror, en concreto se ha vuelto una gerencia tóxica, una gerencia amargada, una gerencia sin “buenas vibras”. Para contestar a esta preocupación , recordé unas reflexiones que he escrito donde se ha tratado sobre aquellas personas que llegan a ser gerentes pero que no controlan sus emociones, o no desarrollan o aplican su inteligencia emocional y lo he considerado como un gerente déspota, hasta atreverme a verlo como un homo poseído. Pero en este tipo de persona el común denominador es la hostilidad, entendiéndose ésta como una patología cuya actitud es provocativa y contraria, generalmente sin motivo alguno, hacia otro ser vivo. Y en la cual, usa de manera continua la violencia verbal, física y psicológica, y de allí que el resto de sus subalternos se ven influidos de tal manera que sus realizaciones efectivas, somáticas y mentales, están por debajo de sus realizaciones potenciales. Muchos son las directrices que se usan para bloquear o canalizar a los gerentes con este tipo de diagnóstico gerencial, y uno de ellos es confrontar el problema con la verdad y la unidad de todo el conglomerado para alcanzar la “paz organizacional”. En referencia a la verdad, se puede decir que toda situación que suceda dentro o fuera de los muros de la corporación debe ser dicha y escrita de tal manera como suceden o sucedieron los hechos con gran exactitud (eliminando los juicios y presunciones), indicando nombres, tiempo, lugar, espacio, entre otros, predominando el respeto a sí mismo y al compañero; esto conllevará al rescate de la confianza y por ende a la efectividad de las relaciones interpersonales. Por tanto, en ningún caso se debe recurrir al ruido (chisme) o anonimato para denunciar, aclarar, informar, solucionar, sobre ciertas situaciones que se dan o dieron en la organización. El anonimato se puede disfrazar en este tiempo de muchas maneras para ocultar el nombre, se utiliza el nombre de otra persona, un epíteto, un sobrenombre, una palabra clave, un seudónimo, un nick, sin embargo, se recurre a ello por miedo a ser reconocido y expuesto al “linchamiento mediático” o por cobardía, por aquello del rabo de paja. Este tipo de acción solo lleva al insulto, a promover la injusticia, el odio, el desprestigio, para generar corrientes de opinión a favor o en contra de algo o alguien. El anonimato es el fruto de la despersonalización, del miedo, del rencor, y cuyas raíces están en aquellos corazones que buscan destruir al otro desde actitudes de injusticia y prepotencia, así como en situaciones políticas y sociales en las que se permite el abuso de los poderosos sobre los débiles, hasta el punto de poner en peligro el sano ejercicio de la libertad de expresión. En relación a la unidad, se puede decir que ella surge de una verdadera espiritualidad más no de una religión o creencia, podemos estar todos los días juntos pero no unidos, puesto que, la unidad se genera cuando en una organización se respeta y se estimula a sentirnos únicos, especiales, diferentes, sin embargo, si en la corporación, se obliga a que el talento humano piense unidireccionalmente, que hable únicamente a favor o en contra de algo o alguien, que se vista según atuendos que no respeten la moral, su religión o a favor o en contra de la política, de asistir a reuniones, marchas, fiestas, cultos, que no son acorde a las creencias que se profesa o ideologías propias, como si fueran siameses organizacionales; se estaría atentando contra la dignidad del ser humano, la libertad y la mismisidad de la persona, y por ende se estaría construyendo el caos corporativo. Ahora bien, para rescatar la paz en las organizaciones se debe recuperar primero la verdadera comunicación y con ella el respeto, o mejor dicho el amor al prójimo, recordando que nadie tiene derecho a perturbar nuestra paz; viene a mi mente un dicho que reza que una golondrina no hace verano, quiere decir entonces, que un solo elemento o una persona o un grupezcos, no pueden destruir la tranquilidad que se sentía en la organización, y que habitualmente se podría tener desacuerdos como es normal en algunas tomas de decisiones pero que no eran motivos para sembrar el odio entre el talento humano. En los ambientes laborales hostiles el conglomerado debería :  Proporcionar situaciones que favorezcan el autoestima, el compañerismo, la comunicación como base de las relaciones personales y sociales y luego que estas relaciones hayan superados las molestias ocasionadas se deberían realizar encuentros espirituales o religiosos (respetando las creencias de cada persona) para fomentar el perdón.  Participar en celebraciones y actos relacionados con la paz y solidaridad.  Crear climas democráticos en todos los departamentos  Fomentar la reflexión, el intercambio de opiniones y la argumentación como defensa.  Fomentar la comprensión de los puntos de vista de los compañeros  Consensuar y difundir las normas de convivencia.  Fomentar el trabajo en grupo y los proyectos colectivos.  Utilizar técnicas de reflexión y desarrollo moral: debates sobre experiencias, clarificación de valores, discusión de dilemas, resolución de conflictos. Tomando en consideración lo dicho por Confucio el cual afirmó que si una persona no está en paz consigo mismo, no puede guiar a otros en la búsqueda de la paz, por tal motivo, cada integrante de la organización debe reconocer con mucha caridad a aquel sujeto que con sus acciones y palabras mine la paz en el entorno, puesto que como lo expresó Juan Pablo II: La paz exige cuatro condiciones esenciales: Verdad, justicia, amor y libertad. Y estas debes ser las líneas estratégicas de un “Gerente Pacífico”. Nerio Ramírez Almarza @nerioram nerioramirez504@msn.com